Cuidar nuestra salud mental es tan importante como cuidar la salud física. Las emociones, los pensamientos y el bienestar psicológico tienen un impacto directo en nuestra calidad de vida y en la manera en que nos relacionamos con el mundo.

Aun así, hoy en día muchas personas tardan demasiado en buscar apoyo cuando lo necesitan. Ir al psicólogo no es un signo de debilidad, sino un paso responsable y positivo hacia el autocuidado. Hacerlo a tiempo puede ayudarnos a entender mejor lo que sentimos, a gestionar situaciones complejas y a mejorar nuestro día a día.

En este artículo encontrarás las principales señales de alerta que pueden indicar cuándo es necesario considerar este apoyo, tanto para niños como para adolescentes y adultos.

¿Cuándo conviene ir al psicólogo?

En determinados momentos de la vida, todos podemos sentirnos desbordados, confundidos o sin herramientas para afrontar situaciones difíciles. Estas emociones, a veces, forman parte del proceso natural de adaptación a los cambios o a los retos cotidianos. Pero cuando el malestar emocional se prolonga en el tiempo o empieza a interferir en nuestro bienestar y en nuestro día a día, puede ser el momento de acudir a un profesional de la psicología.

No siempre es fácil dar este paso. Aún persisten mitos y estigmas que nos hacen creer que solo hay que ir al psicólogo en casos muy graves. La realidad es bien diferente: la psicología puede ayudarnos en muchos ámbitos y momentos de la vida, desde mejorar la gestión emocional hasta prevenir trastornos más graves.

¿Malestares normales o señales de alerta?

Es importante diferenciar entre aquellos malestares que son pasajeros y propios de situaciones puntuales, y aquellos síntomas que indican la necesidad de un apoyo psicológico más profundo:

  • Malestares pasajeros: son reacciones emocionales naturales ante situaciones como un cambio de trabajo, una ruptura sentimental o una etapa de estrés. Aunque pueden generar cierto malestar, tienden a remitir de manera espontánea con el tiempo y con la adaptación a la nueva situación.
  • Señal de alerta: cuando las emociones de tristeza, ansiedad, irritabilidad o desgana se mantienen durante semanas o meses; cuando aparecen dificultades para dormir, cambios en el apetito, problemas de concentración o aislamiento social; o cuando sentimos que nos cuesta funcionar de manera habitual en el trabajo, en casa o en las relaciones personales. También hay que prestar especial atención si aparecen pensamientos negativos recurrentes o conductas autolesivas.

En cualquier etapa de la vida —infancia, adolescencia o edad adulta—, pedir ayuda a un psicólogo puede ser una herramienta clave para mejorar nuestro bienestar emocional y mental. No es necesario esperar a tocar fondo para hacerlo: cuanto antes se busque apoyo, más efectivos pueden ser los resultados.

Ahora bien, ¿cómo podemos identificar estas señales en cada etapa de la vida? Empecemos por los más pequeños.

Señales que indican que un niño debe ir al psicólogo 

En esta etapa vital, es esencial detectar a tiempo cualquier señal que indique que tu hijo necesita apoyo emocional o conductual. Si observas uno o varios de los siguientes signos de manera persistente, considerar una primera visita al psicólogo infantil puede ser muy beneficioso:

1. Regresión en hábitos aprendidos

Volver a hacerse pis en la cama, hablar en lenguaje infantil o aumentar la necesidad de afecto. Estas conductas, especialmente cuando aparecen sin un motivo claro, pueden ser señales de malestar emocional profundo.

2. Dificultades de sueño o alimentación

Dormir demasiado o muy poco, tener pesadillas recurrentes, perder el apetito o comer impulsivamente pueden ser indicadores de nudos emocionales que es necesario explorar con un profesional.

3. Problemas de adaptación en la escuela o en las relaciones sociales

Si aparecen conductas como aislamiento, conflictos con compañeros, rechazo a ir a la escuela o dificultades para socializar, puede que el niño esté viviendo ansiedad, inseguridad u otros problemas emocionales.

4. Síntomas físicos sin explicación médica

Molestias como dolores de estómago o de cabeza frecuentes, sin causa médica, pueden estar relacionadas con el estrés o la ansiedad infantil.

5. Conductas agresivas o aislamiento

Reacciones de rabia sin motivo aparente, estallidos de furia o una tendencia creciente al aislamiento emocional pueden ser señales de un malestar que va más allá del desarrollo emocional normal y que puede requerir intervención psicológica.

Señales que indican que un adolescente debe ir al psicólogo

En la adolescencia, son muchos los cambios —emocionales, sociales, físicos— que pueden afectar su bienestar. Sin embargo, hay situaciones que superan el proceso normal de crecimiento y pueden requerir apoyo psicológico. Si observas algunas de estas señales de forma persistente, puede ser momento de considerar una evaluación con un especialista en psicología adolescente:

1. Cambios bruscos de estado de ánimo

Es habitual que los adolescentes experimenten altibajos debido a las hormonas y a la evolución de su identidad. Pero si los cambios son intensos, inesperados y duran semanas, pueden ser indicadores de malestar emocional profundo, ansiedad o depresión.

2. Bajo rendimiento escolar

Una caída notable en las notas o en la motivación en clase, sin una explicación clara, puede ser señal de una falta de concentración o de un problema emocional que debe abordarse.

3. Problemas de autoestima o imagen corporal

Una baja autoestima o insatisfacción con el cuerpo, a menudo reforzada por las redes sociales y la presión social, puede conducir al aislamiento, trastornos alimentarios o, en casos extremos, ideación suicida.

4. Conductas de riesgo

Incluye consumo de alcohol, drogas, conductas autolesivas o retiro social. Estas conductas sirven como señales de alarma que pueden indicar que el adolescente no encuentra otras maneras de canalizar su malestar.

5. Dificultad para gestionar el estrés o la presión

Si tienes la impresión de que tu hijo no puede afrontar el estrés (exámenes, amistades, cambios físicos), muestra insomnio, ataques de ansiedad o baja tolerancia a la frustración, es muy probable que necesite herramientas concretas para gestionar la presión.

Señales en adultos que indican que debes ir al psicólogo 

En la etapa adulta, es habitual afrontar estrés, responsabilidades y cambios que pueden afectar nuestra salud mental. Algunas de las señales clave que pueden indicar la necesidad de acudir a un psicólogo para adultos son las siguientes:

1. Ansiedad, estrés crónico e insomnio

Sentirse permanentemente preocupado, con dificultad para desconectar o dormir, puede indicar ansiedad o estrés que afecta a tu bienestar. El insomnio se relaciona directamente con la ansiedad y la depresión y a menudo empeora la gestión emocional.

2. Tristeza persistente o síntomas depresivos

Sentimientos de desesperanza, pérdida de interés en lo que antes disfrutabas, fatiga, dificultad para concentrarte e ideación negativa son signos de posible depresión, especialmente si persisten más de dos semanas.

3. Dificultades en las relaciones personales o familiares

Disputas frecuentes, distanciamiento emocional o dificultades constantes para expresar y recibir afecto pueden reflejar dificultades en la regulación emocional o en la gestión relacional. Acudir al psicólogo puede aportar herramientas para mejorar la comunicación y la cohesión.

4. Experiencias traumáticas no elaboradas

Situaciones pasadas como accidentes, pérdidas o eventos dolorosos pueden resurgir con síntomas como flashbacks, evitación o malestar intenso. La terapia es clave para procesar estos recuerdos y recuperar el bienestar.

5. Problemas de adaptación a cambios de vida

Hechos como perder el trabajo, una separación, un cambio de ciudad o encajar en un nuevo rol puede desestabilizar emocionalmente. Si estos cambios generan bloqueo emocional, irritabilidad o afectan tu vida cotidiana, el apoyo psicológico puede ser esencial.

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