La homeopatía significa tratar con el semejante, mientras que la alopatía trata por los contrarios. Son dos formas diferentes de abordar el cuidado del enfermo.
La homeopatía fue desarrollada por el Dr. Samuel Hahnemann, un médico nacido a mediados del siglo XVIII. Vivió más de 80 años y, a lo largo de su vida, observó y experimentó con muchos remedios elaborados a partir de un solo producto, llamado símplex, tal como se encuentra en la naturaleza, ya sea de origen animal, vegetal o mineral. Preparaba estos remedios diluyendo una parte en alcohol y agitándolos repetidamente hasta transformar las características del símplex.
Este símplex, una vez dinamizado, se experimentaba en personas sanas que lo tomaban varias veces hasta que aparecían unos síntomas, los cuales se registraban. Este proceso aún se practica hoy en día para descubrir nuevos remedios.
La homeopatía es la segunda medicina más popular practicada en todo el mundo. Está presente en 82 países y es adecuada para personas de cualquier edad y con cualquier problema de salud.
No es una medicina complementaria, sino una medicina holística que considera a las personas como un todo: física, mental y espiritualmente.
¿Qué enfermedades trata la homeopatía?
La homeopatía se utiliza para tratar y curar enfermedades de tipo inflamatorio, infeccioso, inmunitario, tumoral y crónico, así como las consecuencias de traumas físicos o mentales.
¿Cómo actúa?
Un enfermo presenta una serie de síntomas asociados a su enfermedad. Al tomar un remedio que refleje esos mismos síntomas, el enfermo se cura. Esto se debe al hecho de que dos enfermedades semejantes no pueden coexistir al mismo tiempo, ya que la más intensa no permite que la más débil se manifieste.
Hahnemann lo ilustraba así: en una habitación oscura, la luz de una vela es visible; pero cuando sale el sol, la luz de la vela se vuelve insignificante. De la misma manera, los síntomas de la enfermedad desaparecen cuando el remedio homeopático, más intenso, actúa.
¿Cuál es el papel del médico homeópata?
El médico homeópata es responsable del cuidado de los enfermos. Debe hacer un diagnóstico individualizado del paciente, tanto a nivel nosológico (identificar la enfermedad) como medicamentoso (determinar qué símplex corresponde al paciente).
Tiene en cuenta factores como desencadenantes (qué mejora o empeora los síntomas) y concomitantes (síntomas asociados). Por ejemplo, los nervios antes de un examen que causan diarrea.
Una vez determinado el remedio homeopático adecuado, el médico decide la potencia y la frecuencia (dosis única o repetida). El tratamiento siempre se realiza con un solo remedio. Cuando este ha cumplido su función, se valora si es necesario ajustar la potencia o cambiarlo.
Además, se realiza un diagnóstico de qué se debería tratar primero y de qué sería curable o solo mejorable. Actuando de esta manera, se evita la cronicidad o la evolución hacia otras enfermedades.
Casos de uso de la homeopatía y las patologías más comunes que trata
Se tratan todas las patologías conocidas, con resultados variables según si son curables o mejorables. Según Hahnemann, “la homeopatía sirve para curar y si no se puede curar, sirve para bien vivir y bien morir”.
A falta de hospitales homeopáticos en nuestro país, a diferencia de lugares como la India, aquí se actúa principalmente como médicos generalistas. Es decir, tratando sobre todo las enfermedades más comunes que se ven en los ambulatorios:
- Enfermedades inflamatorias e infecciosas: dolores de cabeza, conjuntivitis, otitis agudas o crónicas, problemas de catarro tubárico, adenoides, gastritis, cistitis, de hecho todas las “itis”, de tipo inflamatorio o infeccioso.
- Problemas de piel como dermatitis, verrugas o tumores.
- Problemas respiratorios como asma, bronquitis y neumonías.
- Patologías urinarias como cálculos renales y cólicos.
- Problemas digestivos, intolerancias alimentarias.
- Enfermedades óseas, articulares, reuma, artrosis.
- Problemas sexuales, gonorrea, pólipos, papiloma, condilomas, temas de ovulación, de dolores o disfunciones sexuales, menopáusicos… problemas en la lactancia, etc.
- Trastornos del sueño, mentales, angustias, depresiones, comportamientos que dificultan la vida al paciente o a los familiares próximos, TDAH, y muchos más.
En definitiva, es importante visitar al médico homeópata para garantizar una salud global, sin cronificaciones ni efectos secundarios. La homeopatía no es una medicina complementaria; es una elección de tratamiento diferente, una opción de vida. Es adecuada para todos, especialmente para aquellos que procuran una alimentación equilibrada, hábitos de vida saludables y una existencia libre de tóxicos.